domingo, 9 de marzo de 2008

Nadie merece la muerte

Es de perogrullo, ¿verdad? Nadie merece la muerte. Nadie merece morir. Y sin embargo a veces parece que no, que no es de perogrullo. Abro un periódico, miro un programa de noticias, escucho la radio y parece que no, que nadie tiene clara esta verdad universal que sin embargo, todos damos por buena.

No hay excusa para matar a nadie. Ningún motivo es lo bastante bueno. Y punto. No me puedo extender más, porque es que no hay nada más que decir.

Y lo triste es que se usen las muertes, en España, en Israel, en Estados Unidos o donde sea, para hacer política, para echar leña al fuego, para enardecer a la opinión pública.

Una muerte es una tragedia siempre. Una fuente inagotable de dolor. No es un voto, no es un cheque en blanco para matar a otra persona, no es nada más que un vacío imposible de llenar.

No matéis a nadie, no deseéis la muerte de nadie, no la celebréis, no la pidáis. Una muerte es una muerte, y no la merece nadie.