domingo, 19 de agosto de 2007

Navarro, o el doble rasero culé

Hace días que leo en los periódicos deportivos a algunos personajes agraviados y enfadados por la marcha de Navarro a la NBA. Personajillos que se indignan por la apuesta del jugador, que pasa a tener uno de los peores contratos de la mejor liga del mundo, solo por poder jugar y aprender allí.

Y me sorprende mucho que se hable tanto de que si el Barça le ha rebajado la cláusula de recisión, de si se marcha contento con un conveniente plan de amortización de su deuda con el club.

Los culés somos los primeros que prácticamente exigimos a todos los jugadores que entran en la disciplina del club que se identifiquen con nuestros colores y nuestra historia. Les enseñamos que el Barça es más que un club, que es la identidad y el corazón de un sector de la población catalana. Les pedimos que aprendan catalán, que sientan la camiseta, que respeten nuestra cultura. No les tratamos como a empleados, sino les pedimos que se conviertan en símbolos de un determinado sentir. Los que no responden bien, suelen marcharse. Los que encajan, acaban por quedarse incluso a vivir por aquí, entre nosotros, y nos sentimos orgullosos de ello.

Sin embargo, en el caso de Navarro, algunas voces culés piden que le tratemos como a un empleado, que saquemos rendimiento económico del sueño de un jugador que lo ha dado todo por el club y que nos ha salvado el culo en más de una ocasión. He leído que perdemos dinero, que es una vergüenza, que Laporta ha hecho mal en permitirlo y montones de sandeces iguales.

Estoy muy orgullosa de que el Barça trate tan bien a un jugador que es, por derecho propio, un símbolo para todos los aficionados al baloncesto. Espero que en la NBA todo le vaya de perlas, y me alegra muchísimo que haya podido aprovechar su oportunidad de vivir una liga tan competitiva como la estadounidense.

Me encanta que tratemos a nuestros jugadores exactamente igual que como les pedimos que nos traten a nosotros. Me gusta que les entendamos, que les escuchemos y que les ayudemos a conseguir lo que siempre han querido.

Que sigan esos personajes criticando, que yo intentaré ver todos los partidos de Memphis que pueda, para seguir disfrutando del jugador que tantas alegrías me ha dado en el Barça.